sábado, 25 de septiembre de 2010

Historias de Alfheim (Capítulo 7)

Jack no sabía donde se encontraba, sólo veía una sala con forma de cúpula, sin ninguna salida posible, paredes de roca gris ornamentadas con columnas y arcos adosados a las paredes que seguían la forma cupular hasta llegar arriba del todo donde se unían todos; el suelo era al estilo ajedrez, con grandes baldosas blancas y negras, no había nada más en la sala. De repente en la mano de Jack apareció un resplandor que se fue explandiendo y tomando forma, despues de unos segundos dejo de brillar, se trataba del arma de Jack, una alabarda. El arma era algo mas alta que él, la empuñadura de madera con remaches claveteado de acero azul brillante cada pocos centímetros y además tenía dos agarres de color negro, en el extremo una doble hacha, tambien de acero azul, entre las dos una decoración en forma de sirena; en el otro extremo, para acabar la empuñadura, un decorado en forma de gota de agua invertida.
Jack empezó a dar golpes al aire para probar su nuevo instumento, parecía entusiasmarle la idea de tener un arma de medio alcance, hasta que una voz proviniente de algun lugar de la sala le hizo parar en seco:

-Jack, elejido de Undine, soy Bragi, dios de la sabiduría y yo seré el que decida si eres digno de portar a Hukkuminen. Tu prueba consistirá en vencer a tu enemigo, en circunstancias digamos que poco favorables para tí -dijo Bragi, apagándose su voz a medida que terminaba, acabando con una risa malévola que se desvaneció pasados unos segundos.

Después de un lapso de tiempo, el arma empezo a temblar y de ella se proyectó la imagen de una sirena con una espada, delante de Jack y se materializó, al parecer se trataba de Undine, que sería su rival. Justo después de materializarse, todo el alrededor de Jack tornó oscuro y al momento sintió un dolor penetrante en el brazo izquierdo.

-Argg, ¿que ha pasado? -se preguntó para sí- Me ha atacado, pero ni la he visto -pensó.

Mientras pensaba, todo volvió a la normalidad y pudo ver con claridad la espada de la sirena ensangrantada y en su brazo un corte, la sirena estaba sonriendo de manera que parecía que se iba a dislocar la mandíbula. De repente todo se volvió oscuro otra vez y sintió el dolor de nuevo, esta vez en una pierna. Al volver todo a la normalidad Jack ya corría hacia el frente, donde creía que estaría la sirena y acertó, ahi estaba, pero al ir a dar el golpe esta desapareció y apareció a un lado de Jack. Intentó varias veces más atacarle sin éxito, siempre desaparecía hacia distintas direcciones.

-¿Cómo puedo ganar a un rival al que ni siquiera puedo rozar? -se preguntó, dolorido.

Una voz interrumpió su meditación, era la voz de la sirena, que entre risas de locura, estaba hablándole:

-¿No sabes dónde estoy? -dijo, emitiendo una voz doble que la hacía parecer un alien- ¿Acaso sabes dónde estoy cuando todo torna oscuro? -murmuró, después de emitir unas preocupantes risas.

Eso hizo pensar a Jack en la posibilidad de poder vencerla, sólo tenía que saber por donde aparecería, el problema es que cuando se tornaba todo oscuro no podía oir ni mucho menos ver nada, sólo podía sentir dolor. Al cabo de un tiempo todo volvió oscuro por tercera vez, Jack sabía que debía hacer algo, sino acabaría malherido, o lo que es peor, muerto.

-¡Dios! -exclamó al volver a sentir dolor, en el brazo derecho esta vez- esta vez ha sido extraño, he podido notar el dolor, pero no venía del frente, sino de un lado -pensó en voz alta.
-Al fin te vas dando cuenta -dijo la sirena riéndose- aumentemos la dificultad, pero para divertirme más no te cortaré, sólo te golpeare fuerte con esto -articuló la sirena a la vez que su arma se transformaba en un palo largo forrado de acero.

Todo se volvió a oscurecer, pero esa vez era diferente, se oscurecía, sentía el golpe y todo volvia a la normalidad, veía a la sirena durante un segundo y volvía a la carga, todo el tiempo así. Durante uno de esos segundos que todo volvía a la normalidad, Jack pudo ver algo extraño, al frente tenía una sirena, pero a uno de los lados en los que consiguió mirar también tenía otra. En otra ocasión comprobó que había otras 2 sirenas.

-¿Tengo 4 rivales? -gritó- así me van a masacrar y yo ni me daré cuenta -se lamentó Jack, mientras otra vez la luz se apagaba.

Jack empezó a mover a Hukkuminen frenéticamente hasta que un golpe impactó en el arma.

-¿Atacan por turnos? -pensó, mientras observaba la situación

Al encenderse todo volvió a observar y vió que había conseguido herir a una ellas, la que estaba justo a su derecha. Se volvió a repetir el ataque varias veces consiguiendo varias paradas más y otro golpe, a la misma sirena.

-¿Y no será que...? -Se preguntó Jack, al que, al parecer, se le había ocurrido alguna idea.

Entonces Jack cerró los ojos y puso a Hukkuminen en vertical, justo delante suyo, esperando a ser golpeado. Al notarse el golpe, Jack corrió con los ojos cerrados en dirección contraria a la del impacto, entonces golpeó. Cuando abrió los ojos los enemigos habían desaparecido y una voz sonó:

-Excelente, elejido de Undine, no siempre lo que se ve es lo correcto. El enemigo sólo era uno, lo otro eran ilusiones que tan solo se hacian presentes por un engaño a la vista, al cerrar los ojos lo contrarestabas, y únicamente se le podía atacar en cuanto se producía el efecto contrario, para el enemigo tú no estabas, porque adquirías ese "poder" de volverlo todo oscuro -Explicó Bragi- Ahora serás devuelto con los tuyos -dijo.

Entonces todo brilló y volvió a la herrería de Svaralfheim. Allí esperaban Mark y Annie impacientes, los cuales habían visto el enfrentamiento a través del espejo mágico de Alvíss.

-¡Jack! -gritaron Mark y Annie a coro, al verle volver a salir
-Hermanito, te he visto sufrir, ¡si sólo era un pescado con una espada! -dijo Mark, bromenando
-¡Mark, eres idio...! -Gritó Annie levantando el brazo, sin poder acabar de hablar.
-Tranquila Annie, ¿no ves que ahora tengo esto? -dijo Jack, señalando a Hukkuminen, con una amplia sonrisa en la boca, y acercando una de las hojas al cuello de Mark- ¿Algo que añadir, querido hermanito? -le susurró a su hermano
-No..no... -articuló, con un gesto de enfado, pero tragando saliva
-¡Ejem! -tosió fuertemente Jarl para llamar la atención- dejaos de juegos, Mark, tu turno.

Mark se dirigió hacia Whisky, el cual le dió su correspondiente material.

-¡Pero esto es un pedrolo! -dijo Mark indignado
-Tranquilo chico, se lo que te doy, no todo es arcanita, esta una piedra conocida como Obsidiana, la piedra que representa a la tierra, como la Arcanita al agua y la Magnesita al fuego; en el caso del viento es el Ópalo y en el caso de la luz el Diamante -explicó Whisky

Entonces Mark, con un gesto enfurruñado, cogió la piedra, un brillo le absorbió al instante.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Historias de Alfheim (Capítulo 6)

El carruaje se paró delante de lo que parecía la puerta principal, aunque se alzara la vista no se podía llegar aver con facilidad hasta donde llegaba, era grandiosa. También del color negro que caracterizaba toda aquella maravillosa estructura.

-Es irónico que detrás de esta puerta vivan enanos -murmuró Mark, emitiendo una risa floja.
-Lo que es irónico es que debajo de esa cabeza haya un cerebro, idiota. ¿No sabes que hay que tener un respeto? -Dijo Annie, pensando si debia pegarle o no

Mientras Jack hablaba con Theobald

-¿Como son los enanos Theobald? -Preguntó curioso
-Como imaginarás, son personas de baja estatura, pero creo que te refieres a personalidad. La mayoria de enanos son inteligentes y risueños, tienen grandes habilidades en el campo de la tecnología, sobretodo en la forja, construccion de armas, objetos de defensa y todo tipo de accesorios para la batalla, dotados con poderes misticos. Solo tienen un problema, si no encuentras a un enano, probablemente esté en la taberna, hartándose a hidromiel -explicó

Al momento Mark y Annie dejaron de pelearse, miraron a Theobald.

-¿Hidromiel? -gritaron los dos a coro, con cara de profunda ilusión.
-Siempre he querido probarla -exclamo Mark, con los ojos casi fuera de su órbita.
-Ya habra tiempo de probarla chicos, primero hay que cumplir una tarea -dijo Theobald

En ese momento se abrio la puerta del carruaje y el conductor les hizo un gesto para que bajaran. La puerta de Svaralfheim se había abierto y delante aguardaba un hombre pequeño, moreno, con pelo largo y barba larga también, vestido con una armadura de cota de malla y un casco vikingo. Al verlo, a Jarl se le dibujó una amplia sonrisa.

-Alvíss, amigo, ¿cómo estás? -preguntó Jarl, risueño y al parecer, contento de verlo.
-¡Qué gran sorpresa Jarl! Al oir que habia un carruaje en la puerta de mi ciudad tirado por esos caballos supe que eras tú. ¿Qué te trae por aqui? -dijo Alvíss, curioso.
-Es por la leyenda, amigo, tres humanos han sido elejidos por los elementos. Al principio eran cuatro, pero un oscuro secuestro a una chica que venía con ellos, venimos aquí a pedir vuestra ayuda para poder salvar a los dos humanos que ya han secuestrado -le explicó, preocupado.
-¡No me jodas! ¿Por fin se va a cumplir lo de la leyenda? -dijo Alvíss con un gesto de sorpresa, casi saliéndosele los ojos de las cuencas -Voy a prepararlo todo ya, pero ya -exclamó.

Mark y Jack se miraron perplejos, al parecer les sorprendía lo entusiastas que eran los enanos.

-¿Sorprendidos? Los enanos, aparte de malhablados, también son trabajadores -explicó -Ahora vereis- dijo mientras se adentraba en la montaña.

Por dentro Svaralfheim era una sala enorme que seguía la forma de la montaña, es decir, cónica, dónde arriba del todo, en el crater del volcán habia una compuerta que al parecer se abria con algun mecanismo interior. Aquel lugar constaba de varios pisos que consistian en pasillos de acero, siempre negro, circulares, que rodeaban casi todo el cilindro, conectados por escaleras. En las paredes, puertas de madera incrustadas a modo de habitaciones y una gran puerta negra y roja, de metal mazizo que presidía la sala en la que se encontraban. De repente la puerta se abrió y apareció Alvíss.

-Por aquí amigos -dijo ansioso -Ya tendre tiempo de aprenderme vuestros nombres.

Entraron por la enorme puerta y se encontraron con una sala cuadrada, con un yunque brillante en el centro y una especie de foso de lava a los lados, al lado del yunque habia un enano calvo de barba peliroja trenzada que le llegaba hasta las rodillas y con un martillo en la mano que casi tenía su tamaño.

-Saludos humanos -dijo con voz ronca -A diferencia del inculto de mi hermano, yo si se vuestros nombres. Esta chica tan mona de aqui se llama Annie, el chico de la cara de preocupación es Jack, y al chico de la media sonrisa le llaman Mark.
-¡Si! -Exclamaron los tres, a coro.
-Muy bien, yo me llamo Whisky, soy el herrero jefe de Svaralfheim, yo os hare las armas que usareis -explicó
-¿Whisky? -saltó Mark, entre carcajadas que se oían en toda la sala -Yo quiero de eso -intentó decir, entre risa y risa.
-Señor Whisky, ¿es usted tan amable de dejarme su martillo? -articuló Annie, aparentemente tranquila, con la cabeza bajada donde solo se podía ver una risa malevola dibujada en su boca.
-S...si, claro, toma -dijo, entregandole el martillo.
-Mark, ven aquí, quiero enseñarte algo -susurró, levantando la cabeza y mirando a Mark, con una mirada que casi podía matar.

Annie empezó a caminar lentamente hacia Mark, mientras el retrocedía con cara de pánico. Al llegar a él, Annie le puso la cabeza del martillo entre las piernas y le miró, la cara de Annie daba miedo, tenía una risa malévola y se le veían los dientes, los ojos muy abiertos y una mirada asesina.

-¿Tú sabes dónde puede acabar el martillo si vuelves a soltar una gracia de esas? Me estoy empezando a hartar de tus idioteces -gritó Annie
-Va...vale -murmuro, entre diferentes palabras malsonantes en voz baja

Después se dirigió hacia Whisky y le entrego de nuevo el martillo, todos los presentes habian retrocedido varios pasos y tenían cara de asustados, al parecer Annie tenía mucho genio.

-Bueno chicos, empecemos -sentenció Jarl, que aún se intentaba recuperar del incidente
-Si, os explico, ahora se os sera dada una barra, en el caso de Jack será Arcanita, ésta se convertirá en vuestra correspondiente arma, después de pasar una prueba que vuestros espíritus os haran -explicó Whisky -Preparaos, será duro.

Entonces Whisky fue al yunque y cogió la primera barra, que fue entregada a Jack. Al caer en sus manos, la barra brilló y absorbió a Jack. Mark y Annie se miraron y corrieron hacia la barra hasta que Jarl les paró.

-Tranquilos, estará bien -sentenció Jarl