viernes, 23 de abril de 2010

Historias de Alfheim (Capítulo 4)

Cuando Sally llegó a su destino la tiraron dentro de un calabozo mugriento, estaba oscuro y lo poco que se podía ver era asqueroso, el suelo estaba lleno de polvo, había restos de comida pudriéndose, se oían ruidos que recordaban a ratas; las paredes estaban hechas de ladrillos muy grandes, con mugre y algunos rotos. Aquel lugar era cilíndrico y bastante amplio, una escalera alta llevaba a la puerta y sólo pasaba luz a través de unas rendijas estrechas por las que se podía ver el exterior. Por lo que veía Sally, el mundo de los elfos oscuros era un lugar tenebroso, lo único que se podia observar desde alli eran bosques de colores lilas oscuros y verdes marchitos, y niebla, mucha niebla. Sally decidió no mirar mucho por aquellas rendijas.

-No vaya a ser que me vea un troll, se cuele y me arranque la cabeza de un hachazo -pensó

Entonces se sentó en el suelo y esperó. Se había tomado la situación mucho más tranquilamente de lo que se la tomaría una persona en situaciones normales.
Pasaron unos minutos y alguien abrió la puerta.

-Chica, aqui tienes esto, asi te entretienes -dijo, lanzando a un chico por las escaleras.
-Au, au, au -se quejó- ¡La proxima vez tira a tu madre! -gritó.

Se cerró la puerta entre gritos que procesaban blasfemias varias. Entonces Sally se acercó a aquel chico, que estaba en el suelo doliéndose.

-Esto...¿estas bien? -preguntó preocupada
-S...Sí, creo -dijo, entre quejas de dolor.

Cuando levantó la cabeza, su rostro quedo iluminado por un haz de luz procedente de una de las rendijas. Su pelo era negro azabache, corto; sus ojos de un marrón intenso, su mirada transmitía sabiduría; al incorporarse Sally observó que no era muy alto, estaba delgado pero musculoso y iba vestido con unos ropajes extraños, a ella le recordaban a los de un monje, pero en negro y con una banda blanca al final de las manos y al final del manto, a la altura de los pies.

-Me llamo Enric, tu debes ser la humana que capturaron esos energumenos, hara ya cosa de un mes -Dijo, sonriendo.
-Si, el camino hasta aquí al parecer es muy largo, me llamo Sally, encantada -dijo tímidamente

Pasaron unos segundos de silencio y entonces a Enric se le abrieron mucho los ojos, como haciendo un gesto de sorpresa

-¿Estabas sola en el momento del secuestro? -pregunto Enric inmediatamente, sin dejarla decir nada más.
-No, me acompañaban 3 amigos -contestó sorprendida por la pregunta.
-¡Bien! -exclamó- Ahora ya estamos los cinco.
-¿Cinco? ¿qué cinco? ¿qué pasa? -preguntó, más soprendida aún.
-Mmm, a ti aún no te lo han contado, mira en este mundo hay dos fuerzas en equilibrio, la luz y la oscuridad, se dice que cuando cinco humanos atraviesen la barrera interdimensional ese equilibrio se romperá y todo el poder se irá hacia uno de los lados el cual se haría poderosisimo y esos humanos deberan ayudar a que vuelva ese equilibrio. El problema es que los elfos oscuros quieren ese poder para dominar el mundo y extinguir a los elfos de luz, los cuales ni siquiera quieren el poder de la luz, ellos quieren que el equilibrio se mantenga. Yo fui reclutado al llegar a este mundo por las fuerzas de la oscuridad, que me proporcionaron los poderes del espiritu de la oscuridad, Shadow, yo, al ver sus oscuras intenciones quise renegar de esos poderes, entonces me los quitaron y me encerraron en el calabozo por hereje -contó Enric.

A Sally se le habían quedado los ojos como platos y se empezó a poner neviosa, entonces sacó su Ipod y se puso a escuchar musica para tranquilizarse.
-¡Oh, musica! -exclamó Enric- ¿Qué escuchas? -preguntó
-Ahora mismo The Killers, ¿quieres escucharlo conmigo? -dijo Sally algo menos nerviosa, pero aún temblando.
-Bueno, vale, mejor que el silencio y el aburrimiento de este antro -se quejó Enric-
Tranquila, estoy seguro que vendrán a salvarnos -dijo, mientras se sentaban en el suelo.

Ya estaba anocheciendo y ellos siguieron escuchando música hasta que cayeron rendidos por el cansancio. Ya era de día y se despertaron a oír unos ruidos, eran como gritos y provenían de detrás de la puerta del calabozo. Sin darles tiempo a levantarse para ver lo que había pasado la puerta empezó a derretirse. Sally y Enric se asustaron y se escondieron debajo de la escalera, esperándose lo peor.

domingo, 18 de abril de 2010

Historias de Alfheim (Capítulo 3)

Llegaron a Laflesia acompañados por Melkor, todo el mundo les miraba, extrañados de ver humanos por la zona, la mayoría de los habitantes eran elfos, pero había unos seres, algo más grandes, que de hecho parecían humanos, pero también tenían las orejas acabadas en punta.

-Ellos son semielfos, hasta hace poco eran marginados sociales, hasta que el nuevo rey de Laflesia comprendió que eran ciudadanos tan válidos como los elfos, ahora ya viven como cualquier ciudadano, con plenos derechos y bien tratados -explicó Melkor- Se dice que los semielfos tienen un poder mágico incluso superior al de los grandes elfos, pero aún no ha podido ser comprobado -dijo, entre risas.

Llegaron al castillo y fueron llevados a sus aposentos, ya que las vistas con el rey no se celebraban hasta el dia siguiente, sin embargo, el rey tenía tantas ganas de vernos que vino personalmente a los aposentos.
El rey era un hombre alto (para ser elfo, lo era), sorprendentemente joven con melena rubia y ojos de un color verde claro. A Annie se le pusieron ojos como platos, estaba mirando al rey lujuriosamente.

-Tjo, tjo, tjo... -tosió Mark, como avisándola

Annie miró a Mark inquisitivamente y después se acercó al rey.

-No somos dignos Majestad -dijo, arrodillandose, con increible tranquilidad y respeto.
-Levántate chica, sois muy importantes para este mundo, debería ser yo el arrodillado ya que necesitamos vuestra ayuda o si no, nuestro mundo desaparecerá -dijo temeroso- Pero no temais, yo os ayudaré tanto a conseguir armas como poderes. Ahora descansad, mañana recibireis las órdenes.
-Muchas gracias Majestad -dijeron todos a coro, arrodillandose.
-Chicos, llamadme Jarl -Pronunció, justo después desapareció detrás de las cortinas.

Los chicos se durmieron, y en plena noche Jack se despertó por un ruido, al mirar a los lados se percató de que Sally no estaba, entonces oyó un grito.

-Ahhhhhhhh -gritaba desde lejos Sally.

Jack saltó de la cama y fue corriendo hacia donde se oían los gritos, y a lo lejos vió a Sally desaparecer entre las sombras. En ese momento aparecieron los guardias reales, que, al llegar al lugar donde supuestamente había desaparecido Sally, se quedaron paralizados y sin poder hacer nada, cayeron todos, inertes. Minutos después el rey apareció en los aposentos.

-Lo siento chicos, no pude hacer nada, había un elfo oscuro infiltrado entre nuestra guardia, al parecer ellos también lo saben -murmuró.
-¿Saber qué? -Preguntó Jack, muy nervioso.

Annie masajeó a Jack para que se tranquilizara, Mark permanecía en silencio, haciendo gestos de nerviosismo.

-Ya es hora de contaroslo, estais aquí para salvar a nuestro mundo de la destrucción. Nuestro hogar está soportado por dos fuerzas, la Luz y la Oscuridad, se dice que con la aparición de 5 humanos ese equilibrio se romperá y que ellos mismos serán los encargados de que vuelva ese equilibrio y que a la vez se haga mas fuerte. Los elfos oscuros al parecer ya sabían de vuestra presencia y pretenden aprovecharse -explicó Jarl.

-¿Aprovecharse de qué? -volvió a preguntar Jack, aumentando cada vez mas el nerviosismo.
-¡Calla y escucha idiota! -exclamó Mark, que parecía haber despertado de un letargo.
-Cuando la Luz y la Oscuridad están descontrolados, el equilibrio puede ir hacia uno de los lados, y los elfos oscuros están haciendo que la Oscuridad se ponga de su parte, si pasa eso, la diosa Gulveig, madre del mal, despertará y les proporcionará un poder que superará con creces al de nuestro protector, Heimdall, dios de la Luz, y por tanto, nuestro mundo sería destruido. Nosotros no ansiamos el poder, solo queremos vivir en equilibrio y que no nos destruyan -argumentó, con admirable tranquilidad- Probablemente vuestra amiga haya sido llevada a un calabozo, para así, no poderse completar la gesta, se dice que el quinto humano también fue secuestrado por los oscuros.

De repente apareció un superviviente de los miembros de la guardia real.

-Se nos ha escapado señor, se estaba ocultando entre las sombras de la noche -le susuró el guardia al rey.
-Tranquilo, ahora prepararemos a los chicos para un rescate -dijo, dirigiendose a los 3- Chicos, sin perder tiempo necesito que me acompañeis.

Fueron con él hasta una sala octogonal, con columnas en forma de los diferentes dioses nordicos, y un pentágono en el suelo dibujado, donde cada vértice era una esfera de diferentes colores, una azul, otra roja, otra verde, otra marrón y otra dorada. En el centro, una especie de pedestal.

-Esta es la sala de los elementos, ahora os atribuiré un elemento a cada uno de vosotros, exceptuando a Sally y al otro humano, a los que iremos a salvar en breve -dictó Jarl- Vosotros no elejireis el elemento que os toca, él os elejirá a vosotros, situaos en el pedestal, uno por uno, por favor.

Adelantandose, se situó Mark el primero, de repente el elemento marrón se iluminó y se oyó una voz procedente de la esfera.

-Por tu rabia, por tu fotaleza interior y tu energia casi ilimitada, yo, Gnome, espíritu de la tierra, te doy mi poder.

Al momento una luz marrón imbuyó a Mark, al irse, no parecía haber cambiado nada.

-Tranquilos, aún no sabeis utilizar los poderes, todo llegará -dijo el rey.

Annie fué la próxima, en ese caso se encendió la esfera roja.

-Por tu inquietud, tu agresividad y fuerza, yo, Efreet, espíritu del fuego, te doy mi poder.

Al igual que con Mark, a Annie la rodeó una luz, en esta ocasión roja. Por último, Jack fue al pedestal, la esfera correspondiente fue la azul.

-Por tu tranquilidad, templanza y espíritu interior, yo, Undine, espiritu del agua, te doy mi poder.

La luz correspondiente era azul, y al irse, el rey se acercó a ellos, con mirada respetuosa.

-Ya teneis los poderes de los espíritus, ahora solo quedan dos, Silphie, correspondiente al viento, y Luna, correspondiente a la luz. En el reino de los elfos oscuros, en vez de Luna está Shadow, correspondiente a la oscuridad -explicó- Ahora hay que ir a Svartalfheim, hogar de los enanos, ellos son los mas grandes fabricantes de armas de este mundo, sus armas estan consagradas con poderes divinos y os haran armas especiales para vosotros, según vuestras características. Partiremos en dos horas, preparaos para el viaje.

miércoles, 14 de abril de 2010

Historias de Alfheim (Capítulo 2)

Eran las 7:00 am y Mark se despertó por el sonido de la alarma. Después de estampar el despertador contra el suelo y de estar 5 minutos en la cama tumbado asimilando la hora que era, se levantó.

-¡Qué pereza, dios mío!. -murmuró para si mismo, mientras se vestía.

Tanto Mark como Jack tenían que ir a clase esa mañana. Mark siempre se levantaba pronto, en cambio Jack era más perezoso, y por supuesto ese día no iba a cambiar.
Mark se dirigió a la habitación de Jack con intención de despertarlo, como supuso, estaba aún durmiendo. Después de llamarlo unas cuantas veces sin éxito Mark bajó y cogió un cubito de hielo del congelador, acto seguido volvió a la habitación de Jack y le metió el hielo en los pantalones, se sentó en su silla de ordenador, y esperó con cara entre sonriente y maléfica.

-¡Ahhhhhhhhhhhh! -Gritó Jack unos segundos después, intentando quitarse el hielo- ¿Tú te entrenas o te sacaron asi de serie? -Esputó entre blasfemias, con voz amenazadora.
-Venga hermanito, que tenemos clase y Sally se cansará de esperarte...¿y tú no querrás hacerla esperar no? -Dijo Mark, intentando soportar la risa, y con voz sarcástica.
-¿Porque no te vas a pastar? -Dijo Jack, mientras se incorporaba, yendo de forma hostil hacia su hermano.

Sally era compañera de clase de Jack, y también su vecina desde hacia un año. Imaginaos a Sally como una chica de pelo castaño y ojos marrones, mas o menos de la misma estatura que Jack y muy delgada, simpatica, risueña y amigable. Jack y ella se llevaban bastante bien e iban juntos en el coche del padre de Jack. Mark iba en moto y pasaba antes a buscar a Annie, una chica que estudiaba con el y que parecía que se llevaban más que bien.

Cuando bajaron ya estaba preparado el desayuno, su madre había hecho tortitas y también zumo de naranja. Después de la típica competición de hermanos, que consistía en ver quien reventaba antes a tortitas, se fueron. Al salir Sally ya estaba esperando, mientras escuchaba música.

-"Although you're trying not to listen overt your eyes and staring at the ground..." -Cantaba Sally, sin darse cuenta aún de que Jack estaba detrás de ella
-¡Saaaaaally! -Gritó Jack, acto seguido, cuando vió que no habia obtenido respuesta, la toco en el hombro.
-¡Ahhhhh! -exclamó, quitándose los auriculares y saltando del susto- Me has asustado -dijo.
-Perdona, te llamé y no te diste cuenta, ¿por cierto, que cantabas? -le preguntó Jack.
-Ah, Arctic Monkeys, la canción se llama "When the sun goes down" -dijo sonriente, parecía que le gustaba que se interesaran por su música.
-Mmm...la escucharé, lo prometo -contestó, intentando hacer caber en su cabeza esa información, para luego recordarla.
-¡Venga Jack, Sally, vamonos, que llegareis tarde! -dijo su padre- Adiós Mark, que te vaya bien a ti también -gritó a Mark, que ya estaba arrancando la moto.

Mark hizo un gesto con la mano y se fue. Jack y Sally subieron al coche y también se fueron. Mientras llegaban Jack le contó a Sally lo que habia visto.

-Ayer vi una luz extraña por la ventana, me cegó de repente y luego no la volví a ver, creo que se adentró en el bosque -dijo titubeando, parecía no creerse ni él lo que estaba diciendo.
-Yo ayer estaba tumbada en mi cama y vi un destello por la ventana, ¿sería la misma luz? -preguntó Sally, sorprendida al ver que no era la única que había visto aquello.
-¿Te hace ir al bosque después de clase a ver si vemos algo? -preguntó Jack
-Tened cuidado chicos, he oido que ayer noche hubo un derrumbamiento en la montaña del interior del bosque -dijo el padre de Jack preocupado.

Una vez en la universidad empezaron a preguntarse si esa luz tendria algo que ver en el derrumbamiento de la montaña, cosa que, sin ningún ruido perceptible, parecía imposible.

-Pero, ¿no es casualidad ver algo extraño y que después te despiertes con esta notícia? -argumentó, casi imponiendo Jack, sin percatarse que su tono de voz era demasiado elevado.
-¡Silencio ahí atrás! -Advirtió el profesor, sensiblemente molesto por la interrupción.

Se hizo un silencio sepulcral y la clase siguió. Unos momentos después un papel dió en la cara de Jack, éste lo cogíó y lo abrió.

"Así podremos hablar mejor y no te vuelven a llamar la atención. A mi no me parece una casualidad, ha hecho mal tiempo ultimamente y si escuchases en clase sabrías que el agua erosiona las rocas, sobretodo si hay tormentas. ¿La luz? pues alguna moto que llevara puestas las luces largas, no se. Sigue en pie lo del bosque, así te quedas más tranquilo"

Lo escrito acompañaba a un dibujo gigante de una cara sonriente y un "Idiota" en letras mayúsculas cerraba el texto. Jack lo leyó haciendo muecas, y mientras escribía otro papel para responder, el timbre que daba fin a la clase sonó y pudieron hablar.

-¿Cómo que idiota? -Preguntó Jack extrañado, ya que Sally no solía llamarle así.

Sally lo único que hizo fue dedicarle una sonrisa burlona y salió por la puerta. Jack hizo lo propio segundos después, aún preguntándose que mosca le había picado a aquella chica.

Al llegar a casa, Jack se puso a repasar, sin éxito, los pocos apuntes tomados ese día, prometiéndose a si mismo pedirselos a alguien y atender más en clase. Sally mas tarde se dirigió a casa de Jack y se fueron los dos hacia el bosque.

-¿Adonde se supone que vais? -exclamó Mark desde el jardin de la casa, al verlos salir.
-Al bosque -dijo Jack, cortante, para que su hermano los dejara en paz.
-Para eso hay camas, no hace falta ir al bosque -bromeó Mark.

Después de un gesto obsceno de Jack hacia su hermano, salió una chica del cobertizo que había en el jardín, desde lejos parecía pelirroja, de estatura media, salió con cara de pocos amigos. Se acercó a Mark y le dió una colleja.

-No le hagas eso a tu hermano, idiota -le dijo a Mark, entreriendose.

Después vino corriendo hacia Jack y Sally y sonriente, se presentó.

-Hola, soy Annie, amiga del imbecil de tu hermano. Tú debes ser Jack, encantada; y tú Sally, ¡qué mona eres!, encantada también -dijo, muy sonriente.

La chica parecía muy simpatica, de cerca tenia el pelo como rubio tirando a naranja, los ojos verdes y pecas en la cara. Jack y Sally estaban perplejos ya que la chica se habia presentado muy rapido y parecia hiperactiva.
Mark se acercó a nosotros doliéndose de la colleja. Le pidió a Jack que había pasado y él se lo contó. Mark se rió un rato y después intentó hablar, entre risas.

-Venga ya hermano, no te inventes excusas, enserio que no necesitas protec.... -antes de que acabara de hablar Annie le dió un puñetazo en el estómago.
-¿Cuantas veces te tengo que decir que te calles? La proxima vez ira un poquito mas abajo, ¿entendido? -dijo, molesta- ¿Os importa que os acompañemos? Si hay tal luz, me gustaría verla.

Mark estaba en el suelo doliéndose y murmullando blasfemias entre queja y queja. Al cabo de un rato se levantó y empezaron a ir hacia el bosque.

-Como no haya nada te juro que el resto de tu existencia la pasarás con la cabeza en el váter -articuló Mark, como pudo, que aún de dolía del puñetazo.

Annie se giró hacia Mark, sólo su cara ya bastó para que tragara saliva.

El bosque estaba sólo a unos pocos metros de casa de Jack y Mark, era una extensión bastante grande cubierta de pinos y mata, la cual estaba en época de dar fruto, dando al bosque algo de color. Además en el bosque habia zona de picnic, muy cerca de la montaña, que en realidad era un montículo alto formado por rocas, no mediria más de 1000 metros y casi todo era vertical.

 Llegaron al bosque, y en el lugar del derrumbamiento habia aparecido una cueva.

-¿Esta cueva no estaba aqui la semana pasada, no Jack? -preguntó Sally.
-Por lo menos yo no la vi -manifestó Jack- entremos a ver.

La cueva era bastante larga pero se veía una luz al final, al llegar a la luz todos se sorprendieron. Al final de la cueva había un bosque, no igual que el anterior, este parecía un bosque de cuento de hadas, los árboles eran altos, algunos con frutos enormes que colgaban de ellos, casi pidiendo que fueran la próxima comida de cualquier ser que pasara por allí, había flores de bonitos colores recubriendo el suelo, mariposas revoloteando, abejas polinizando y el canto de los pájaros parecía no tener fin. La luz del sol, que ya caía en un atardecer rojo, se filtraba a través de los árboles y el olor del ambiente era dulce, se respiraba un aire puro. Todo eso pareció despertar el ingenio cómico de Mark:

-¿Había estado alguien aquí antes? -Preguntó dubitativo- Mira que paso cada día en moto por aquí, y no recordaba que la parte posterior de la montaña fuese tan cursi -dijo.

 Caminaron un trecho hasta llegar a una especie de escultura, que consistía en tres maderas puestas a modo de puerta, rodeadas por un círculo de piedras. Ya se había acabado el bosque y las vistas eran espectaculares, se veia todo verde, colinas a lo lejos y montañas nevadas, entre las montañas se podía distinguir lo que parecía un castillo. Mientras estaban atontados, contemplando el paisaje e intentando adivinar dónde se encontraban apareció algo de entre la maleza. Era un ser de forma humana, un poco mas pequeño de lo normal, rubio, de ojos azules y las orejas puntiagudas, lo que viene a ser un elfo.

-Saludos -dijo aquel ser.
-Saludos -dijeron reservados y temerosos Jack, Sally y Mark.
-Hola, soy Annie, ¿sabes que eres una monada? -saltó Annie de repente, con su habitual espontaneidad.

El elfo dio dos pasos hacia atrás y miró a Annie casi asustado.

-Soy Melkor, habitante de este mundo, por lo que veo sois humanos y debeis haber entrado por el tunel que el otro día apareció después del terremoto. Esta tierra se llama Alfheim, tierra de los álfares de la luz, o como los humanos nos conoceis, elfos de luz -explicó, con voz solemne.

Se quedaron perplejos, se frotaban los ojos continuamente, aún no podían creerse lo que estaban viendo y oyendo.

-Sally, pellizcame anda, que no se si esto es real -dijo Jack.
-Tranquila mujer, ya lo hago yo -dijo Mark, que no tardó ni un segundo en acercarse a Jack.

De repente Jack cayó al suelo, empujado por el puñetazo que su hermano le propinó en un brazo. Al momento Mark también estaba en el suelo.

-Te lo advertí -dijo Annie, con voz triunfante, despues de haberle dado una coz en la entrepierna a Mark.

Cuando se levantaron del suelo, Mark y Jack se miraron desafiantes, pero de repente se dieron cuenta de que aquello, o era un coma, o era real y parecía mas real que nada.
Mientras Annie y Sally estaban hablando, parecía que se estaban haciendo realmente amigas.

-Oye Sally, ¿desde cuando conoces a Jack? -preguntó divertida
-Mmm...hara un año mas o menos, lo conocí a mitad del curso pasado y me cayó bastante bien, además, siempre está diciendo cosas agradables -dijo, iluminándosele la cara
-¿Tan bien te cae? Si, parece majo, no lo conozco demasiado pero el pobre paciencia tiene, que mira que aguantar a ese gilipo...hermano suyo -comentó indignada.
-En realidad Jack también le da bien, el otro día mismo casi lo tira por la ventana de un cojinazo, yo me reia muchisimo. Hay que decir que después la venganza fue terrible... -dijo Sally

Jack y Mark se acercaron a las chicas y Melkor les hizo una señal para que fueran con él.

-Os llevare a un sitio que os gustará, alli podreis estar hasta que se vuelva a abrir la cueva -dijo el elfo.
-¿Cuando se vuelva a abrir? -preguntamos los cuatro a coro- ¿Acaso no podemos irnos?
-No, cuando los humanos salen de esa cueva y vienen a este mundo, el portal interdimensional que os trae a este mundo se cierra -explicó- Vosotros sólo venid, no somos malignos.

Fueron con él, desconfiados aún así y cuando giraron vieron a lo lejos una gran ciudad amurallada.

-Alli nos dirigimos, al reino de Laflesia, os llevaré en presencia del rey, que os podra ayudar mejor -dijo Melkor




martes, 13 de abril de 2010

Historias de Alfheim (Capítulo 1)

Nos situamos en un pueblo campestre, a varios kilómetros de la ciudad, donde por mucho que miraras y que buscaras, lo más divertido que se podía hacer era patear alguna gallina mientras paseabas por la calle o en su defecto un balón de futbol medio deshinchado en dirección a una improvisada portería que iba "de árbol a árbol".

Jack tenía ya 18 años era alto de complexión más o menos atlética, con melena rubia y ojos verdes, con ganas de ver mundo, desgraciadamente su pobre situación económica no le dejaba salir de ese pueblo de mala muerte. Era una noche fría y lluviosa de invierno y Jack estaba absorto en su mundo, escuchando música y mirando por la ventana, simplemente viendo como llovía.

-Yo pensaba que este pueblo no podia ser más tostón y va, y se pone a llover en pleno sábado por la noche, ¡mis planes de ligue al traste! -dijo, en un tono de voz superior al normal, mientras se levantaba de la cama buscando algo que hacer.

Al cerrar las ventanas percibió una luz azul extraña que se adentraba en el bosque, se quedó mirando un rato, y de repente, justo antes de perderse entre los arboles se paró y al mirarla fijamente le cegó. Jack se quedó un rato tumbado en la cama hasta que recuperó la vista, volvió a mirar por la ventana pero ya no estaba.

-¿Qué sería eso? -pensó- ¿Será que mi hermano anda fumando en la habitación y el humo me ha llegado? -dijo en voz alta, sarcásticamente, para que su hermano lo oyera.
-¡Dejame en paz, no estoy fumando imbécil! -gritó su hermano desde la habitación.

Mark, tenía 19 años, los ojos azules verdosos, pelo largo con rastas bien cuidadas, tenia una barba larga recogida en una trenza fina, era sólo un año más que Jack, era fumador habitual de hachis hasta que, sorprendentemente, lo dejó por propia voluntad y se puso a estudiar. Ahora estaba en la universidad, su madre pasó de estar hasta el gorro de él a ponerlo por las nubes ante sus compañeras de trabajo, a él y a Jack, ya que estudiaba también en la universidad.

-¡Chicos, la cena ya está lista, bajad! -gritó su madre desde la cocina.
-¡Ahora vamos! -gritaron Jack y Mark a coro.

Bajaron los dos a la vez pegándose y dándose empujones en la escalera, seguramente para, un dia, acabar viendo quien de los dos tiene la cabeza mas dura al dar contra el suelo.

Después de la excelente cena, Jack subió a su habitación a pensar en que podía ser aquella luz. Al final acabó durmiéndose.

¿Que se supone que hace este tio aquí metido?

Esto es lo que os preguntareis todos...¿que hago aquí?

Pues escribir, una de mis pasiones ocultas, dar vida a un mundo paralelo, en el que mis personajes pueden ser lo que yo decida, en el que el mundo sea como yo quiera. En verdad, escribir es una manera de darle forma a un sueño, y esos sueños deben salir, no deben quedar encerrados en nuestras mentes, merecen ser escuchados, porque cualquier opinión, cualquier poema o relato, una canción o una pintura son la única forma que tiene el ser humano de expresar su rabia, amor, convicción, tristeza...en definitiva, sus sentimientos.

Pretendo que este blog se convierta en un blog interactivo, donde vosotros deis ideas de como seguirá la historia, o el tema de un nuevo poema o relato. La mayoría de los que leeran esto son gente conocida para mi, dudo que lo lea mucha gente...espero que si, pero es lo que hay...o te anuncias masivamente...o nadie te lee.

Para los que lo lean, que sepais que vosotros haceis posible que yo siga, no cobro por hacer esto (ojala), como compensación...me bastan vuestras opiniones y lecturas, y vuestra ayuda para seguir con el relato.


WE MUST BE OVER THE RAINBOW! (copyright de Txus di Fellatio (Mägo de Oz))