domingo, 18 de abril de 2010

Historias de Alfheim (Capítulo 3)

Llegaron a Laflesia acompañados por Melkor, todo el mundo les miraba, extrañados de ver humanos por la zona, la mayoría de los habitantes eran elfos, pero había unos seres, algo más grandes, que de hecho parecían humanos, pero también tenían las orejas acabadas en punta.

-Ellos son semielfos, hasta hace poco eran marginados sociales, hasta que el nuevo rey de Laflesia comprendió que eran ciudadanos tan válidos como los elfos, ahora ya viven como cualquier ciudadano, con plenos derechos y bien tratados -explicó Melkor- Se dice que los semielfos tienen un poder mágico incluso superior al de los grandes elfos, pero aún no ha podido ser comprobado -dijo, entre risas.

Llegaron al castillo y fueron llevados a sus aposentos, ya que las vistas con el rey no se celebraban hasta el dia siguiente, sin embargo, el rey tenía tantas ganas de vernos que vino personalmente a los aposentos.
El rey era un hombre alto (para ser elfo, lo era), sorprendentemente joven con melena rubia y ojos de un color verde claro. A Annie se le pusieron ojos como platos, estaba mirando al rey lujuriosamente.

-Tjo, tjo, tjo... -tosió Mark, como avisándola

Annie miró a Mark inquisitivamente y después se acercó al rey.

-No somos dignos Majestad -dijo, arrodillandose, con increible tranquilidad y respeto.
-Levántate chica, sois muy importantes para este mundo, debería ser yo el arrodillado ya que necesitamos vuestra ayuda o si no, nuestro mundo desaparecerá -dijo temeroso- Pero no temais, yo os ayudaré tanto a conseguir armas como poderes. Ahora descansad, mañana recibireis las órdenes.
-Muchas gracias Majestad -dijeron todos a coro, arrodillandose.
-Chicos, llamadme Jarl -Pronunció, justo después desapareció detrás de las cortinas.

Los chicos se durmieron, y en plena noche Jack se despertó por un ruido, al mirar a los lados se percató de que Sally no estaba, entonces oyó un grito.

-Ahhhhhhhh -gritaba desde lejos Sally.

Jack saltó de la cama y fue corriendo hacia donde se oían los gritos, y a lo lejos vió a Sally desaparecer entre las sombras. En ese momento aparecieron los guardias reales, que, al llegar al lugar donde supuestamente había desaparecido Sally, se quedaron paralizados y sin poder hacer nada, cayeron todos, inertes. Minutos después el rey apareció en los aposentos.

-Lo siento chicos, no pude hacer nada, había un elfo oscuro infiltrado entre nuestra guardia, al parecer ellos también lo saben -murmuró.
-¿Saber qué? -Preguntó Jack, muy nervioso.

Annie masajeó a Jack para que se tranquilizara, Mark permanecía en silencio, haciendo gestos de nerviosismo.

-Ya es hora de contaroslo, estais aquí para salvar a nuestro mundo de la destrucción. Nuestro hogar está soportado por dos fuerzas, la Luz y la Oscuridad, se dice que con la aparición de 5 humanos ese equilibrio se romperá y que ellos mismos serán los encargados de que vuelva ese equilibrio y que a la vez se haga mas fuerte. Los elfos oscuros al parecer ya sabían de vuestra presencia y pretenden aprovecharse -explicó Jarl.

-¿Aprovecharse de qué? -volvió a preguntar Jack, aumentando cada vez mas el nerviosismo.
-¡Calla y escucha idiota! -exclamó Mark, que parecía haber despertado de un letargo.
-Cuando la Luz y la Oscuridad están descontrolados, el equilibrio puede ir hacia uno de los lados, y los elfos oscuros están haciendo que la Oscuridad se ponga de su parte, si pasa eso, la diosa Gulveig, madre del mal, despertará y les proporcionará un poder que superará con creces al de nuestro protector, Heimdall, dios de la Luz, y por tanto, nuestro mundo sería destruido. Nosotros no ansiamos el poder, solo queremos vivir en equilibrio y que no nos destruyan -argumentó, con admirable tranquilidad- Probablemente vuestra amiga haya sido llevada a un calabozo, para así, no poderse completar la gesta, se dice que el quinto humano también fue secuestrado por los oscuros.

De repente apareció un superviviente de los miembros de la guardia real.

-Se nos ha escapado señor, se estaba ocultando entre las sombras de la noche -le susuró el guardia al rey.
-Tranquilo, ahora prepararemos a los chicos para un rescate -dijo, dirigiendose a los 3- Chicos, sin perder tiempo necesito que me acompañeis.

Fueron con él hasta una sala octogonal, con columnas en forma de los diferentes dioses nordicos, y un pentágono en el suelo dibujado, donde cada vértice era una esfera de diferentes colores, una azul, otra roja, otra verde, otra marrón y otra dorada. En el centro, una especie de pedestal.

-Esta es la sala de los elementos, ahora os atribuiré un elemento a cada uno de vosotros, exceptuando a Sally y al otro humano, a los que iremos a salvar en breve -dictó Jarl- Vosotros no elejireis el elemento que os toca, él os elejirá a vosotros, situaos en el pedestal, uno por uno, por favor.

Adelantandose, se situó Mark el primero, de repente el elemento marrón se iluminó y se oyó una voz procedente de la esfera.

-Por tu rabia, por tu fotaleza interior y tu energia casi ilimitada, yo, Gnome, espíritu de la tierra, te doy mi poder.

Al momento una luz marrón imbuyó a Mark, al irse, no parecía haber cambiado nada.

-Tranquilos, aún no sabeis utilizar los poderes, todo llegará -dijo el rey.

Annie fué la próxima, en ese caso se encendió la esfera roja.

-Por tu inquietud, tu agresividad y fuerza, yo, Efreet, espíritu del fuego, te doy mi poder.

Al igual que con Mark, a Annie la rodeó una luz, en esta ocasión roja. Por último, Jack fue al pedestal, la esfera correspondiente fue la azul.

-Por tu tranquilidad, templanza y espíritu interior, yo, Undine, espiritu del agua, te doy mi poder.

La luz correspondiente era azul, y al irse, el rey se acercó a ellos, con mirada respetuosa.

-Ya teneis los poderes de los espíritus, ahora solo quedan dos, Silphie, correspondiente al viento, y Luna, correspondiente a la luz. En el reino de los elfos oscuros, en vez de Luna está Shadow, correspondiente a la oscuridad -explicó- Ahora hay que ir a Svartalfheim, hogar de los enanos, ellos son los mas grandes fabricantes de armas de este mundo, sus armas estan consagradas con poderes divinos y os haran armas especiales para vosotros, según vuestras características. Partiremos en dos horas, preparaos para el viaje.

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