miércoles, 14 de abril de 2010

Historias de Alfheim (Capítulo 2)

Eran las 7:00 am y Mark se despertó por el sonido de la alarma. Después de estampar el despertador contra el suelo y de estar 5 minutos en la cama tumbado asimilando la hora que era, se levantó.

-¡Qué pereza, dios mío!. -murmuró para si mismo, mientras se vestía.

Tanto Mark como Jack tenían que ir a clase esa mañana. Mark siempre se levantaba pronto, en cambio Jack era más perezoso, y por supuesto ese día no iba a cambiar.
Mark se dirigió a la habitación de Jack con intención de despertarlo, como supuso, estaba aún durmiendo. Después de llamarlo unas cuantas veces sin éxito Mark bajó y cogió un cubito de hielo del congelador, acto seguido volvió a la habitación de Jack y le metió el hielo en los pantalones, se sentó en su silla de ordenador, y esperó con cara entre sonriente y maléfica.

-¡Ahhhhhhhhhhhh! -Gritó Jack unos segundos después, intentando quitarse el hielo- ¿Tú te entrenas o te sacaron asi de serie? -Esputó entre blasfemias, con voz amenazadora.
-Venga hermanito, que tenemos clase y Sally se cansará de esperarte...¿y tú no querrás hacerla esperar no? -Dijo Mark, intentando soportar la risa, y con voz sarcástica.
-¿Porque no te vas a pastar? -Dijo Jack, mientras se incorporaba, yendo de forma hostil hacia su hermano.

Sally era compañera de clase de Jack, y también su vecina desde hacia un año. Imaginaos a Sally como una chica de pelo castaño y ojos marrones, mas o menos de la misma estatura que Jack y muy delgada, simpatica, risueña y amigable. Jack y ella se llevaban bastante bien e iban juntos en el coche del padre de Jack. Mark iba en moto y pasaba antes a buscar a Annie, una chica que estudiaba con el y que parecía que se llevaban más que bien.

Cuando bajaron ya estaba preparado el desayuno, su madre había hecho tortitas y también zumo de naranja. Después de la típica competición de hermanos, que consistía en ver quien reventaba antes a tortitas, se fueron. Al salir Sally ya estaba esperando, mientras escuchaba música.

-"Although you're trying not to listen overt your eyes and staring at the ground..." -Cantaba Sally, sin darse cuenta aún de que Jack estaba detrás de ella
-¡Saaaaaally! -Gritó Jack, acto seguido, cuando vió que no habia obtenido respuesta, la toco en el hombro.
-¡Ahhhhh! -exclamó, quitándose los auriculares y saltando del susto- Me has asustado -dijo.
-Perdona, te llamé y no te diste cuenta, ¿por cierto, que cantabas? -le preguntó Jack.
-Ah, Arctic Monkeys, la canción se llama "When the sun goes down" -dijo sonriente, parecía que le gustaba que se interesaran por su música.
-Mmm...la escucharé, lo prometo -contestó, intentando hacer caber en su cabeza esa información, para luego recordarla.
-¡Venga Jack, Sally, vamonos, que llegareis tarde! -dijo su padre- Adiós Mark, que te vaya bien a ti también -gritó a Mark, que ya estaba arrancando la moto.

Mark hizo un gesto con la mano y se fue. Jack y Sally subieron al coche y también se fueron. Mientras llegaban Jack le contó a Sally lo que habia visto.

-Ayer vi una luz extraña por la ventana, me cegó de repente y luego no la volví a ver, creo que se adentró en el bosque -dijo titubeando, parecía no creerse ni él lo que estaba diciendo.
-Yo ayer estaba tumbada en mi cama y vi un destello por la ventana, ¿sería la misma luz? -preguntó Sally, sorprendida al ver que no era la única que había visto aquello.
-¿Te hace ir al bosque después de clase a ver si vemos algo? -preguntó Jack
-Tened cuidado chicos, he oido que ayer noche hubo un derrumbamiento en la montaña del interior del bosque -dijo el padre de Jack preocupado.

Una vez en la universidad empezaron a preguntarse si esa luz tendria algo que ver en el derrumbamiento de la montaña, cosa que, sin ningún ruido perceptible, parecía imposible.

-Pero, ¿no es casualidad ver algo extraño y que después te despiertes con esta notícia? -argumentó, casi imponiendo Jack, sin percatarse que su tono de voz era demasiado elevado.
-¡Silencio ahí atrás! -Advirtió el profesor, sensiblemente molesto por la interrupción.

Se hizo un silencio sepulcral y la clase siguió. Unos momentos después un papel dió en la cara de Jack, éste lo cogíó y lo abrió.

"Así podremos hablar mejor y no te vuelven a llamar la atención. A mi no me parece una casualidad, ha hecho mal tiempo ultimamente y si escuchases en clase sabrías que el agua erosiona las rocas, sobretodo si hay tormentas. ¿La luz? pues alguna moto que llevara puestas las luces largas, no se. Sigue en pie lo del bosque, así te quedas más tranquilo"

Lo escrito acompañaba a un dibujo gigante de una cara sonriente y un "Idiota" en letras mayúsculas cerraba el texto. Jack lo leyó haciendo muecas, y mientras escribía otro papel para responder, el timbre que daba fin a la clase sonó y pudieron hablar.

-¿Cómo que idiota? -Preguntó Jack extrañado, ya que Sally no solía llamarle así.

Sally lo único que hizo fue dedicarle una sonrisa burlona y salió por la puerta. Jack hizo lo propio segundos después, aún preguntándose que mosca le había picado a aquella chica.

Al llegar a casa, Jack se puso a repasar, sin éxito, los pocos apuntes tomados ese día, prometiéndose a si mismo pedirselos a alguien y atender más en clase. Sally mas tarde se dirigió a casa de Jack y se fueron los dos hacia el bosque.

-¿Adonde se supone que vais? -exclamó Mark desde el jardin de la casa, al verlos salir.
-Al bosque -dijo Jack, cortante, para que su hermano los dejara en paz.
-Para eso hay camas, no hace falta ir al bosque -bromeó Mark.

Después de un gesto obsceno de Jack hacia su hermano, salió una chica del cobertizo que había en el jardín, desde lejos parecía pelirroja, de estatura media, salió con cara de pocos amigos. Se acercó a Mark y le dió una colleja.

-No le hagas eso a tu hermano, idiota -le dijo a Mark, entreriendose.

Después vino corriendo hacia Jack y Sally y sonriente, se presentó.

-Hola, soy Annie, amiga del imbecil de tu hermano. Tú debes ser Jack, encantada; y tú Sally, ¡qué mona eres!, encantada también -dijo, muy sonriente.

La chica parecía muy simpatica, de cerca tenia el pelo como rubio tirando a naranja, los ojos verdes y pecas en la cara. Jack y Sally estaban perplejos ya que la chica se habia presentado muy rapido y parecia hiperactiva.
Mark se acercó a nosotros doliéndose de la colleja. Le pidió a Jack que había pasado y él se lo contó. Mark se rió un rato y después intentó hablar, entre risas.

-Venga ya hermano, no te inventes excusas, enserio que no necesitas protec.... -antes de que acabara de hablar Annie le dió un puñetazo en el estómago.
-¿Cuantas veces te tengo que decir que te calles? La proxima vez ira un poquito mas abajo, ¿entendido? -dijo, molesta- ¿Os importa que os acompañemos? Si hay tal luz, me gustaría verla.

Mark estaba en el suelo doliéndose y murmullando blasfemias entre queja y queja. Al cabo de un rato se levantó y empezaron a ir hacia el bosque.

-Como no haya nada te juro que el resto de tu existencia la pasarás con la cabeza en el váter -articuló Mark, como pudo, que aún de dolía del puñetazo.

Annie se giró hacia Mark, sólo su cara ya bastó para que tragara saliva.

El bosque estaba sólo a unos pocos metros de casa de Jack y Mark, era una extensión bastante grande cubierta de pinos y mata, la cual estaba en época de dar fruto, dando al bosque algo de color. Además en el bosque habia zona de picnic, muy cerca de la montaña, que en realidad era un montículo alto formado por rocas, no mediria más de 1000 metros y casi todo era vertical.

 Llegaron al bosque, y en el lugar del derrumbamiento habia aparecido una cueva.

-¿Esta cueva no estaba aqui la semana pasada, no Jack? -preguntó Sally.
-Por lo menos yo no la vi -manifestó Jack- entremos a ver.

La cueva era bastante larga pero se veía una luz al final, al llegar a la luz todos se sorprendieron. Al final de la cueva había un bosque, no igual que el anterior, este parecía un bosque de cuento de hadas, los árboles eran altos, algunos con frutos enormes que colgaban de ellos, casi pidiendo que fueran la próxima comida de cualquier ser que pasara por allí, había flores de bonitos colores recubriendo el suelo, mariposas revoloteando, abejas polinizando y el canto de los pájaros parecía no tener fin. La luz del sol, que ya caía en un atardecer rojo, se filtraba a través de los árboles y el olor del ambiente era dulce, se respiraba un aire puro. Todo eso pareció despertar el ingenio cómico de Mark:

-¿Había estado alguien aquí antes? -Preguntó dubitativo- Mira que paso cada día en moto por aquí, y no recordaba que la parte posterior de la montaña fuese tan cursi -dijo.

 Caminaron un trecho hasta llegar a una especie de escultura, que consistía en tres maderas puestas a modo de puerta, rodeadas por un círculo de piedras. Ya se había acabado el bosque y las vistas eran espectaculares, se veia todo verde, colinas a lo lejos y montañas nevadas, entre las montañas se podía distinguir lo que parecía un castillo. Mientras estaban atontados, contemplando el paisaje e intentando adivinar dónde se encontraban apareció algo de entre la maleza. Era un ser de forma humana, un poco mas pequeño de lo normal, rubio, de ojos azules y las orejas puntiagudas, lo que viene a ser un elfo.

-Saludos -dijo aquel ser.
-Saludos -dijeron reservados y temerosos Jack, Sally y Mark.
-Hola, soy Annie, ¿sabes que eres una monada? -saltó Annie de repente, con su habitual espontaneidad.

El elfo dio dos pasos hacia atrás y miró a Annie casi asustado.

-Soy Melkor, habitante de este mundo, por lo que veo sois humanos y debeis haber entrado por el tunel que el otro día apareció después del terremoto. Esta tierra se llama Alfheim, tierra de los álfares de la luz, o como los humanos nos conoceis, elfos de luz -explicó, con voz solemne.

Se quedaron perplejos, se frotaban los ojos continuamente, aún no podían creerse lo que estaban viendo y oyendo.

-Sally, pellizcame anda, que no se si esto es real -dijo Jack.
-Tranquila mujer, ya lo hago yo -dijo Mark, que no tardó ni un segundo en acercarse a Jack.

De repente Jack cayó al suelo, empujado por el puñetazo que su hermano le propinó en un brazo. Al momento Mark también estaba en el suelo.

-Te lo advertí -dijo Annie, con voz triunfante, despues de haberle dado una coz en la entrepierna a Mark.

Cuando se levantaron del suelo, Mark y Jack se miraron desafiantes, pero de repente se dieron cuenta de que aquello, o era un coma, o era real y parecía mas real que nada.
Mientras Annie y Sally estaban hablando, parecía que se estaban haciendo realmente amigas.

-Oye Sally, ¿desde cuando conoces a Jack? -preguntó divertida
-Mmm...hara un año mas o menos, lo conocí a mitad del curso pasado y me cayó bastante bien, además, siempre está diciendo cosas agradables -dijo, iluminándosele la cara
-¿Tan bien te cae? Si, parece majo, no lo conozco demasiado pero el pobre paciencia tiene, que mira que aguantar a ese gilipo...hermano suyo -comentó indignada.
-En realidad Jack también le da bien, el otro día mismo casi lo tira por la ventana de un cojinazo, yo me reia muchisimo. Hay que decir que después la venganza fue terrible... -dijo Sally

Jack y Mark se acercaron a las chicas y Melkor les hizo una señal para que fueran con él.

-Os llevare a un sitio que os gustará, alli podreis estar hasta que se vuelva a abrir la cueva -dijo el elfo.
-¿Cuando se vuelva a abrir? -preguntamos los cuatro a coro- ¿Acaso no podemos irnos?
-No, cuando los humanos salen de esa cueva y vienen a este mundo, el portal interdimensional que os trae a este mundo se cierra -explicó- Vosotros sólo venid, no somos malignos.

Fueron con él, desconfiados aún así y cuando giraron vieron a lo lejos una gran ciudad amurallada.

-Alli nos dirigimos, al reino de Laflesia, os llevaré en presencia del rey, que os podra ayudar mejor -dijo Melkor




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